Tras los tratamientos específicos los RAEE son sometidos a procesos manuales, mecánicos, de fragmentación y/o de triturado, que tiene como objetivo la separación de las diferentes fracciones de materiales que contienen. Durante este proceso se asegura la eliminación de todos los posibles contaminantes que pudieran estar presentes en las diferentes fracciones. Estos materiales en su mayor parte son diferentes tipos de plásticos o metales, los cuales una vez separados se envían a industrias especializadas en su valorización, en las cuales finalmente se reintroducen en los ciclos productivos.